domingo, 25 de septiembre de 2011

Crónica del primer partido de Roma II

Quisiera pedir perdón a todos aquellos que llevan unos días esperando a esta entrada. Además, antes de que lean la crónica, me gustaría que sepan que no es una crónica típica que uno se encontraría en un periódico deportivo pues he querido hacerla al estilo de una narración de aventuras. También deben saber que la brevedad se debe a que lo bueno, si breve, dos veces bueno. Aquí la tienen:
"Al principio, nada parecía estar a nuestro favor, pues el equipo contrario era, aparentemente, superior y estaba más unido que nosotros. Sin embargo, Roma II decidió que lucharía por la victoria.
Efectivamente, la fuerza del contrincante no se mantuvo escondida durante mucho tiempo y demostraron ser un duro rival para nosotros. Sus lances certeros no tardaron en hacerse intensos y continuos. Los diez primeros minutos fueron eternos, nuestros ataques eran pocos y los del otro equipo abundantes, pero parados por nuestra gran defensa. Cuando estos minutos pasaron, nuestro declive empezó: nos marcaron el primer gol, a pesar de las acciones de nuestro portero y el ya mencionado muro defensivo, y no iba a ser el único.
 Tras esta primera herida, nuestro valiente equipo decidió aumentar su defensa, aunque eso conllevara aflojar el ataque, pues querían evitar que el número de goles del contrario incrementase. Ese fue un gran error pues la mejor defensa es un buen ataque y si los atacantes son buenos, eso se convierte en una gran defensa junto a una mejor ofensiva, que causó el aumento del  marcador. Tras, mas o menos, otros diez minutos, el arbitro, que solo sabía pitar faltas hechas por nuestro equipo, avisó del fin de la primera parte y ya íbamos cuatro a cero.
Durante el descanso, aparecieron dos ángeles, dos talismanes, dos personas que con su apoyo moral consiguieron que nuestro equipo se animase y cambiara de una técnica defensiva a una ofensiva: estos fueron O** y R**.
La segunda parte fue mucho más fructífera que la primera. Empezó con la entrada de Ignacio Calderón y Juan Araquistain, que con la estrella apagada temporalmente Carlos Gómez, formaron la delantera más ofensiva del partido. El portero también cambió e Ignasi Canals le dejó su puesto a Fernando Gilabert, que iba a ser aquel que empezó el ataque que culminó con el primer gol. En la defensa hubo ciertos cambios. Este periodo empezó con dos goles del contrario. Tras estos, aunque aparentaba que Roma II estaba derrotada, esta resurgió de sus cenizas y, tras un avance del gran portero Gilabert hasta el centro del campo con el esférico y su pase a Juan, tras regatearse a cuatro, este último marcó el primer gol de nuestro equipo: íbamos seis a uno. Carlos intentó marcar un gol pero el portero contrario paró el estelar disparo de nuestro jugador: ese no era su día. Poco después de que nos marcaran el séptimo gol, Ignacio Calderón atacó de manera certera la portería enemiga y marcó nuestro segundo tanto. Parecía que estábamos remontando. A continuación, tuvimos el tercero a nuestras puertas pero el cansancio y la fatiga impidieron al gran Juan Carlos González marcar el gol. Cuando el partido estaba a punto de terminar y pensábamos que la diferencia de goles sería solo de cinco, nos marcaron el octavo y esta fue de seis. Así acabó el partido y tuvimos nuestra primera derrota.
Antes de acabar no debo olvidarme de mencionar las actuaciones de los muros llamados Gerard Márquez y Josep María Mabres. Además de decir que se lamentó mucho la ausencia del portero Alex Cavallar y el defensa Nacho Ciutad.
En conclusión, a pesar de que perdimos, debe recordarse que la Guerra de Secesión Americana empezó con la derrota de la Unión en Bull Run I, pero estos acabaron ganando el conflicto. Así que, ya que era un amistoso, nos sirvió para practicar, pasarlo bien, ver nuestros defectos para poder corregirlos y prepararnos para darlo todo en los partidos oficiales y demostrar a los de la liga Maddock quien es Roma II"
¡¡¡Roma II vincet!!! (¡¡¡Roma II vencerá!!!)

jueves, 22 de septiembre de 2011

Un tiempo inolvidable

Cierto 22 de septiembre, un amigo cumplió tres meses con su novia. Pero, ¿qué son esos tres meses? ¿Serán una tortura? ¿Serán los mejores de su vida? Para alguien enamorado debe ser un gran momento, un periodo en el que todo es bonito, cuando todo es un camino de rosas. En ese tiempo pasa junto con su amada únicos instantes, disfruta de su presencia, se aleja de la que puede ser una dolorosa realidad para desplazarse a un lugar dónde todo es perfecto.
¿Qué son tres meses para alguien que está enamorado?
Un tiempo inolvidable e irrepetible.
¡¡¡Felicidades M. M.!!! ¡¡¡Felicidades M.D.!!!