miércoles, 8 de abril de 2015

Del Blanco al Verde


En la alta montaña,
En el gélido castillo,
En la espaciosa sala,
Con la cristalina corona,
Con el congelado cetro,
La reina espera sentada.

Por el verde valle,
Con los interminables séquitos,
Por las sinuosas rutas
De las escarpadas montañas,
Hacia la gélida fortaleza
De la poderosa señora,
Tres reinas sin demora avanzan.

A las puertas de la fortaleza
Las ilustres damas llegan.
De esmeralda, de ocre y de azafranado,
Ellas visten.

Con un bello vestido albeo
La llegada de sus hermanas
La reina aguarda.
Con ojos vidriosos,
Con lágrimas en las mejillas,
Como su blanco querido desaparece,
Como el verde intenso se abre paso,
La dama observa.

En la sala ya reunidas,
En sus respectivos asientos,
Las cuatro grandes señoras
Están ya situadas.

“Ya ha llegado el momento”
“El equinoccio ya está aquí”
“Entrega el cetro fría hermana”,
Le dicen a la triste reina.

“Mis ojos han visto derretirse mi obra,
Mi tiempo para descansar no puede ya esperar”
Responde la dama del castillo.
“Hermana mía, aquí tienes el frío cetro”
De la dama de blanco a la de verde,
Pasó el poderoso objeto.

“Gracias, amable hermana, por el trabajo realizado,
Con mucho gusto, te tomo el relevo”
Y el cetro guardó en sus manos
Y de una flor de hielo que era,
Una bella rosa roja devino.

“Hasta el próximo encuentro, hermanas”
Se dijeron unas a otras.
“Hasta el solsticio de verano”.

¡Y así es como el frío invierno terminó

Y la verde primavera comenzó!