sábado, 18 de febrero de 2012

Un Canto a la Libertad

Me permito robarle esta canción al gran  José de Espronceda, pues no es otra cosa que un Canto a la Libertad:

CANCIÓN DEL PIRATA


Con diez cañones por banda,
viento en popa a toda vela,
no corta el mar, sino vuela,
un velero bergantín;
bajel pirata que llaman
por su bravura el Temido
en todo el mar conocido
del uno al otro confín.


La luna en el mar riela,
en la lona gime el viento
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;
y ve el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,
Y allá a su frente Estambul:


-Navega, velero mío, 
 sin temor
que ni enemigo navío,
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.


Veinte presas
hemos hecho
a despecho
del inglés
y han rendido
sus pendones
cien naciones
a mis pies.


Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad;
mi ley, la fuerza y el viento;
mi única patria, la mar.


Allá muevan feroz guerra
ciegos reyes
por un palmo más de tierra,
que yo tengo aquí por mío
cuanto abarca el mar bravío
a quien nadie impuso leyes.


Y no hay playa
sea cualquiera,
ni banderade esplendor,
que no sienta
mi derecho
y dé pecho
a mi valor


Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad;
mi ley, la fuerza y el viento;
mi única patria, la mar.


A la voz de ¡barco viene!,
es de ver
cómo vira y se previene
a todo trapo a escapar:
que yo soy el rey del mar
y mi furia es de temer.


En las presas
yo divido
lo cogido
por igual:
sólo quiero
por riqueza
la belleza
sin rival.


Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad;
mi ley, la fuerza y el viento;
mi única patria, la mar.

¡Sentenciado estoy a muerte!
Yo me río:
no me abandone la suerte,
y al mismo que me condena
colgaré de alguna antena
quizá en su propio navío.


Y si caigo,
¿qué es la vida?
Por perdida
ya la di
cuando el yugo
del esclavo
como un bravo sacudí.


Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad;
mi ley, la fuerza y el viento;
mi única patria, la mar.


Son mi música mejor
aquilones,
el estrépito y temblor
de los cables sacudidos
del negro mar los bramidos
y el rugir de mis cañones.


Y del trueno
al son violento,
y del viento,
al rebramar,
yo me duermo
sosegado,
arrullado
por el mar.


Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad;
mi ley, la fuerza y el viento;
mi única patria, la mar.

martes, 14 de febrero de 2012

Una Victoria Esperada

¡¡¡LLEGÓ!!! ¡¡¡LO HEMOS CONSEGUIDO!!! ¡¡¡HEMOS GANADO UN PARTIDO SIN QUE NOS HAYAN MARCADO GOL ALGUNO!!!!

Mucho tiempo llevaba yo esperando escribir esta crónica. Al fin una de una victoria y no como antes que eran todas de empates o desafortunadas derrotas. 4-0. Esto ha sido increíble. Hay que destacar que esto no se habría conseguido si no hubiera habido esta unión interna en el equipo, que ha jugado como si fuera una sola persona capaz de marcar goles, defender, hacer grandes pases e impedir que el esférico llegue al fondo de la red.

Los cuatro magníficos goles han sido de dos de Juan y dos de Carlos, que a su manera, han sido todos grandes. Además, nuestro portero Alex se ha lucido con sus magníficas paradas. De la defensa hay que mencionar que su actuación ha impedido un gran número de goles en contra, remarcando la actuación de Ignasi Canals y Gerard Márquez, que han sido como dos muros infranqueables que han luchado como nunca para no dejar pasar a los jugadores contrarios. No debo olvidar decir que nuestro pichichi, Juanca,  sigue en su línea de asistencias pero sin goles. Por último, no puedo ignorar a Enrique y Gila, que han contribuido como siempre o más (teniendo en cuenta que uno de ellos estaba semi lesionado).

Para acabar, se ha notado la ausencia de Miquel Moré, de José Mª Mabres y la de Nacho Ciutad, entre muchos otros.
¡¡¡¡¡ROMA II, MUCHÍSIMAS FELICIDADES!!!!! 

lunes, 6 de febrero de 2012

¡¡Muchísimas Gracias!!

-El objetivo de este discurso es agradecer...- dijo el hombre desde la tarima.
-¿El qué? ¿Por qué? ¿A quién?- le cortó uno de los oyentes.
- A todos aquellos que han estado y están junto a mí en los momentos difíciles- continuó ignorando parcialmente las preguntas de aquel espectador-. A todos aquellos que no me dieron la espalda cuando muchos no dudaron ni un segundo en hacerlo. A todos aquellos a los que pude haber herido y, aun así, no se apartaron de mi lado y me ayudaron a no repetir lo que hice. A todos aquellos  que no dudaron en corregir mi camino cuando me desvié. A todos aquellos que cuando me vieron hundido me lanzaron flotadores para que me cogiese a ellos para así sacarme a flote de nuevo- paró para darle más énfasis a lo dicho y siguió-. Todo esto lo digo porque pudieron haberme dejado tirado o abandonado o ahogándome y, en lugar de eso, no dudaron ni un segundo en quedarse ahí y convertirse en mis puntos de apoyo para volver a levantarme y continuar con esta eterna lucha. Por esto y mucho más, queridísimos amigos míos, pues a vosotros va esto dirigido, muchísimas gracias por todo.

sábado, 4 de febrero de 2012

Los Duelos del Sadhill Saloon III

AQUÍ LLEGA LA TERCERA PARTE DE LOS DUELOS DEL SADHILL SALOON:

Desde su esquina, tanto Wyatt como Virgil miraban sin descanso de un lado a otro. Por su parte, Will, con las manos en cada una de sus armas, miraba hacia el frente, donde estaba la única mesa ocupada. En esta estaba la banda de McAusten, con Walt en diagonal a Mike, y, en sentido de las agujas del reloj lo seguían Jesse, James, Butch, Jack y John. Todos los miembros de este grupo de forajidos estaban en pie, esperando actuar al menor movimiento de cualquiera de los tres o a la orden de su jefe, Walt McAusten.

Ocultos tras la pared, Mike y Ned sacaron sendas escopetas y, con parsimonia, las amartillaron haciendo el mínimo ruido y, con sumo cuidado, se recolocaron. En estos momentos, ambos tiradores estaban apuntado hacia la mesa de los fuera de la ley. Poco faltaba par que la muerte pasara por aquel saloon de un pacífico pueblo de Arizona.

La tensión aumentaba con el paso del tiempo. A algunos les temblaban las manos; a otros, estas les sudaban. Sin embargo, ninguno se movía pues bien sabían que el menor movimiento significaría el inicio de la matanza. Entonces, Walt guiñó el ojo derecho dando la señal a sus hombres.

Instantáneamente, James, Jack y Billy asieron la culata de sus Colts y las sacaron de sus fundas, dispuestos a disparar. Al ver esto, cogieron Wyatt su peacemaker; Virgil, su Remington 1858; y Will, su Smith & Wesson No 3 y abrieron fuego justo antes de que los otros tres lo hicieran. El Manco hirió a James en la barriga. El sheriff, por su parte, dio a Jack en el brazo derecho, por lo que se tuvo que cambiar el arma de mano. Además, tras este disparo, Will saltó y se puso detrás de la barra para cubrirse. El Tísico, paralelamente a esto, da a Billy en el costado y, como cayó al suelo, le dieron por muerto.

Acto seguido, Walt y dos de sus hombres, John y Jack, el herido, abrieron fuego contra el espejo y las botellas de  detrás de la barra. Con un estrépito, estos se hicieron añicos, se precipitaron al suelo y Will fue herido por los trozos que cayeron.

Entonces, Mike, revelando su posición, abrió fuego contra Jesse cuando este iba a disparar a Virgil. La bala del Henry Rifle del tirador escondido impactó entre los ojos del forajido. Este fue el primer muerto. Sin embargo, el destino del Tísico era morir y un disparo de Butch le atravesó el corazón matándolo al instante. Paralelamente a esto, Will, el sheriff, se levantó de su posición y terminó la tarea inacabada con Jack y le mandó con Jesse. Pero dos disparos de Walt en el torso le dejaron en el suelo desangrándose. McAusten tiró el revólver vacio y, sacando otro con la mano derecha, disparó hacia Mike en el muslo, por lo que se escondió.Viendo  herido a su compañero, Ned vació su Coach Gun sobre John, que aun no había participado ya que su arma se le había encasquillado. Los certeros proyectiles del Tirador le entraron por el pecho, por lo que la herida fue fatal.

Desde el suelo y herido en el costado, Billy intentó levantarse y, al arrodillarse, descubrió que tenía a Ned a tiro mientras este cargaba su escopeta. Con celeridad cogió su Colt Dragoon, que estaba a dos pasos de él, y lo casi lo descargó completamente contra el antiguo escolta de la West & Fargo. Con esto, solo dos miembros del grupo del sheriff, Wyatt y Mike, seguían vivos. El segundo está herido y escondido y al primero le quedaba un Colt peacemaker en la cartuchera izquierda y cuatro balas en el otro. De la banda de McAusten solo estaban con vida Walt y los heridos Billy y James.

El Manco tenía controlados a McAusten y a James, que estaba reptando hacia su arma. Cuando la cogió, Wyatt demostró su velocidad matándole con un balazo entre los ojos antes de que el otro le pudiera apuntar. Entonces, al mirar a Walt, que sonreía, se oyó amartillar un arma y una bala atravesó el sombrero de Wyatt y este salió volando. Sorprendido, este vació su peacemaker sobre aquel que le había disparado, Billy, acelerando su cruce al otro mundo.

Ahora, además de Mike, que estaba herido y escondido, solo quedaban dos personas en pie en el Saloon de Sadhill. Dos cuyo duelo empezó treinta años atrás, con el asesinato de la mayoría de los miembros de una familia, del que solo sobrevivió un pobre niño que  se convirtió en uno de los mejores tiradores de la historia: Wyatt, el Manco.

La venganza del retoño huérfano estaba a punto de llegar. El infierno se había desatado y ya era hora de cerrarlo.