domingo, 29 de mayo de 2011

EL ARPA: “Así que es verdad, pensó, es realmente cierto”

Se decía que siempre había estado allí, pero la gente de los pueblos no se lo creía. Llegó esto a oídos del noble y joven gobernador del territorio por boca de uno de sus sirvientes. Este le explicó: “según cuenta  la leyenda, en el frondoso y oscuro bosque oriental, se encuentra un fantástico instrumento perteneciente al dios de la música. Este era un arpa colosal cuyo sonido no podía ser igualable y su tamaño, inimitable. Estaba hecha de oro y tenía unas franjas con rubíes y esmeraldas en los laterales. Sus cuerdas eran de acero para aquellas manos inexpertas que intentaban tocarla, pero se convertían en las de mejor calidad cuando un verdadero músico las tañía”. “Además”, continuó el sirviente, “aquel que fuera capaz de encontrarla y tocarla se convertiría en el mejor arpista de la historia”.
 El gobernador escuchaba fascinado el relato del cortesano y comenzó a planificar, en su interior, la búsqueda de esa magnífica arpa. El criado, al advertir aquellas intenciones en la cara de su señor, le contó: “muchos aventureros se habían adentrado en esos bosques con ese fin, pero nadie la había encontrado. Por eso, en estos momentos, solo algunos habitantes de los pueblos que colindan con el bosque oriental creen aún en su existencia”. A pesar de esto, el esforzado gobernador decidió no rendirse y emprender la  búsqueda de aquel  maravilloso e inigualable instrumento.
Al amanecer del día siguiente, después de armarse correctamente, emprendió el viaje al oscuro y frondoso bosque…

No hay comentarios:

Publicar un comentario