miércoles, 10 de julio de 2013

Las Decisiones y sus consecuencias (Confesión de un abuelo a su nieto)

"Queridísimo nieto:

Ahora que me encuentro en mis últimos días, me gustaría hacerte una confidencia para que no te ocurra lo que a mí, ya que estás en plena época de toma de decisiones. Mi objetivo con esto es que conozcas lo que soñé en mi juventud, lo que acabé haciendo y cómo me siento ahora por ello. Cuando termines de leerlo espero que lo entiendas.

Siendo joven, yo era un soñador dividido en dos facetas: la de estudiante y la de escritor. Sin embargo, compatibilizarlos, a pesar de su apariencia sencilla, no lo fue y no me quedó otra que eliminar a una de las dos dimensiones personales. Cuando elegí cual, aparentemente escogí bien, pues gracias a haber acabado con mi “yo literario”, he podido llegar a donde estoy. Aunque debo reconocer que, desde ese día, me pregunto cómo sería ahora mi vida si no hubiera hecho eso. Este, nieto mío, fue mi primer sueño roto. Pero no fue el único.

También, cuando estaba acabando, finalizando, mi etapa escolar, soñé que podría convertirme en profesor de latín, para poder transmitir mis conocimientos a los estudiantes para así enriquecer sus vidas. Pero la coyuntura económica y los grupos de presión familiares me lo impidieron haciéndome creer que no tendría salida laboral alguna y que lo mejor que podría hacer era olvidarme y dedicarme a las leyes. Les hice caso y con el tiempo me convertí en el jefe y administrador de los negocios familiares. A pesar de esto, nunca me sentí realizado con lo que hice ni orgulloso por ello. Así murió otro sueño.


Nieto mío, a pesar de haber conseguido aumentar el patrimonio familiar y haberme dado un mayor reconocimiento social a mí y a la familia, he de decirte que no son más que cosas superficiales que con el tiempo pasan, ya que nada dura eternamente. Además, para haber hecho lo que hice, pasé por encima de muchas personas a las que dañé y, para realizarlo, ignoré muchos de los grandes valores personales como el respeto y la justicia. Hace ya años que la conciencia me recuerda todo el bien que podría haber hecho a las personas en la enseñanza o en la escritura. 

Tu abuelo, que quiere lo mejor para ti"

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