jueves, 15 de diciembre de 2011

Una Victoria Frustrada II

Primero de todo, esta entrada no es la continuación de la anterior victoria frustrada, sino que ha sido otro partido en el que posiblemente Roma II habría ganado. Segundo, en este me atrevo a afirmar que hubo cierta negligencia arbitral y que el otro equipo no dudó ni un segundo en atacar con dureza para conseguir la bola y, por desgracia acabó en las piernas de nuestros jugadores. Tercero, y no por eso menos importante, este encuentro fue dominado por Roma II, pero la eficiencia y eficacia del Ballantines nos superó. Dicho esto, aquí llega la crónica.
Desde las 18.45, los miembros del equipo estuvieron entrenando en el Maddock para preparse. Tras media hora de intenso entrenamiento, llegó el entrenador, el cronista y el resto del equipo y se procedió a hacer la foto de equipo para inmortalizarlo. Tras esto, nos dirigimos al campo para empezar el último partido del 2011.
A las 19.30, este empezó. Como nosotros sacamos, fuimos capaces de hacer un primer ataque contundente y directo, sin embargo, la "poco limpia" manera de jugar del contrario impidió que se llevara a cabo. Esto ocurrió porque a Juan, quien estaba a la cabeza de este, le hicieron una falta instantes antes de chutar. Esta acción estuvo a punto de culminar en gol, pero los otros la interceptaron y con un contraataque llegaron a nuestra área y el gran cancerbero Alex, impidió que marcaran. Este sacó en largo y avanzamos hasta su portería y, tras dos disparos a puerta, uno de Nacho Ciutad  y otro de Enrique Galve, el portero del Ballantines la paró. Poco después ocurrió algo parecido que concluyó con un palo de Juan. De nuevo, otro ataque fallido. Entonces empezaron las negligencias del árbitro. En el área del contrario, unas manos que podían haber significado un gol a nuestro favor, no fueron pitadas y los otros se precipitaron sin tardanza aprovechando el desconcierto que reinaba entre los nuestro y llegó el primer gol. Perdíamos 0-1.
Tras esto, Roma II se puso las pilas para recortar esta mínima distancia y empatar el partido pero, hasta que Alex no salvó dos goles, no llegó nuestro ataque, que casi fue el empate: Juan llegó a la portería, chutó pero fue al palo y perdimos otra gran ocasión. Para empeorar las cosas, la parsimonia de los nuestro al bajar y la velocidad del contrario, significó un gol más en contra. 0-2. A pesar de nuestros esfuerzos para evitarlo, el 0-3 no tardó en llegar.  Tras esta tercera herida, le hicieron una falta a Juan y casi marcó un gol, pero el resultado NO cambió a 1-3, sino que se mantuvo en 0-3. Con esto acabó la primera parte.
Después de un muy breve descanso, la segunda mitad empezó y en esta nuestros ataques se acentuaron, pero de nuevo los palos y la línea de fondo recibieron las bolas en lugar de la red. De nuevo, casi llegó el 1-3, pero esta vez de la mano de Ignacio Calderón. A este gran ataque le siguió una contra de Alvaro Trius que, otra vez, casi concluyó en gol, pero la defensa numantina del Ballantines lo paró. Con la ayuda de Juan Carlos González, Ignacio Calderón volvió a arremeter pero la linea de fondo atrajo el balón y este se alejó de la portería y no entró. Tras tantos ataques, el Ballantines atacó de nuevo pero José María Pujol lo salvó poco antes de que entrara.
Poco después, como consecuencia de una gran cantidad de faltas no pitadas, juego sucio y negligencias arbitrales, una falta a Ignacio Calderón casi desencadenó una batalla campal, que se quedó en discusión calentita. Al acabarse esta, los otros se vengaron y nos marcaron el 0-4. Tras un intento de gol por parte de Juanca, Calderón marcó el 1-4, el gol que no les dejaba irse sin ninguno en contra y demostraba nuestro buen juego. Seguido de este, en pleno contraataque nuestro, a Gila le hicieron una falta que no solo nos cortó nuestra respuesta a su ataque fallido, sino que significó la expulsión de aquel que mediante el juego sucio nos paró. El arbitro, después de nuestro avance in extremis iniciado por la falta mencionada anteriormente, anunció que el partido había terminado.
Pero no acabó ahí la cosa. Cuando este hizo eso, los jugadores del otro equipo, QUE HABÍAN GANADO, se fueron a quejar del arbitraje. Después de ver el ridículo que hicieron y los comentarios racistas que sobraban, nos enteramos del motivo de su queja. Les había molestado que pitara falta cuando nuestro jugador se había tirado y había obligado a uno del otro equipo a hacerle una segada por detrás.
Sin embargo, a pesar de los inconvenientes, este partido fue uno de los mejores del equipo pues fue una exhibición de nuestra técnica de juego, de la utilidad de los entrenadores, del público a favor del equipo y de la cohesión y unión de la gran Roma II.

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