Cerrar etapas. Dejar mochilas
atrás. Recordar que uno no es un sherpa…
¿Será ya el momento de ponerse a ello?
Es posible que te eche de menos.
Bueno, también puede ser que únicamente quiera un final alternativo, menos
frío, menos… destructivo. Sí, no soy perfecto y el orgullo me hizo actuar de
una manera determinada en el último contacto. ¿Lo merecías? ¡No! ¿Lo merecía?
Creo que no. Sí, fue un agrio desenlace seguido del silencio, mi gran amigo –o eso
digo para consolarme–, a quien yo mismo llamé.
El primer curso académico en mi
nueva etapa en la universidad está a punto de terminar. Los errores cometidos
ya están anotados para no volverlos a repetir: ahora toca aprender como hasta
ahora han hecho –espero– los estudiantes que han caminado conmigo estos meses. Los
proyectos a medio plazo siguen. Esos no dan tregua. Adelante.
¿Seré capaz de hacer esto con
otros aspectos de mi vida? ¿Aprenderé a liberarme de mis cargas tal y como hice
cuando salí del retiro en Roscrea hace ahora casi un año? Esta es la verdadera
cuestión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario